Al margen de los productos de higiene, que son imprescindibles, si hay dos productos básicos en una rutina cosmética, estos son la crema y el serum.

A pesar de ser confundidos muy habitualmente, son dos productos con una finalidad bien distinta. No es cuestión de elegir uno u otro, los dos tienen su lugar en una rutina cosmética eficaz y lo ideal es que ambos se complementen.  

¿Qué los hace diferentes y complementarios?

La diferencia entre el serum y la crema está en su concentración en activos y en su textura, siendo la del serum menos rica en elementos grasos. Gracias a ello, se absorbe de forma casi inmediata, penetrando y llegando a las capas más profundas de la piel, al mismo foco del problema específico que se quiere tratar (envejecimiento, acné…). Sus resultados son más rápidos y visibles en el corto plazo.

No deja la piel grasa, por lo que la aplicación posterior de la crema se puede hacer casi de manera simultánea para conseguir los mejores resultados en la rutina cosmética.

Evidentemente su gran concentración en activos implica que sea un producto con un precio más elevado. Sin embargo, al usarse en dosis más pequeñas, es un cosmético que cunde mucho.

La joya para las pieles grasas con acné. El Serum Seborregulador minimizador del poro con niacinamida y activos destinados a combatir la piel grasa, los brillos, además de hidratar en profundidad y frenar el envejecimiento..

Está clarísimo que el cosmético mas universalmente conocido es la crema. Su papel más importante es el de hidratar e incluso nutrir la piel para combatir la sequedad provocada por las agresiones externas como el estrés, la contaminación, el clima y sus cambios (frío, sequedad…), etc. Está ideada para aportar flexibilidad y suavidad a la capa más exterior de la piel, la epidermis, preservar la barrera cutánea y aportar bienestar a la piel.

Evidentemente, al margen de esta funcionalidad básica, su fórmula puede enriquecerse con activos distintos que permitan realizar otras muchas acciones o adaptarse a los distintos tipos de piel.

Al tener una mayor concentración de sustancias grasas, su densidad es mayor. Por ello es normal que tarde un poco más en absorberse.

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Combina el serum y la crema en tu skincare para una máxima eficacia 

Después de ver los diferentes roles de ambos cosméticos, es fácil comprender que no son ni mucho menos excluyentes.

Ambos son necesarios para abordar con la mayor eficacia el cuidado y la preservación de la belleza y la salud de la piel.

¿Cuándo empezar a utilizar el serum y la crema?

La recomendación es comenzar a utilizar la crema desde los 20 años o antes si se necesita hidratar y nutrir la piel. En cuanto a los serum, deberían incorporarse a la rutina cosmética a partir de los 25 años para tratar más en profundidad la piel. Salvo que se desee tratar la piel grasa y el acné, en cuyo caso se recomienda en la adolescencia.

Lo que no debes hacer nunca

• No te apliques el serum encima del maquillaje o después de la crema hidratante.

• No te pongas el serum a lo largo del día sin que la piel esté limpia o preparada. Es fundamental aplicarlo por la mañana y por la noche, justo después de la limpieza o el tónico.

• No te pongas una base de maquillaje sin haber puesto antes el serum o la crema. Si lo haces, corres un gran riesgo de que se te reseque la piel. Necesita una capa protectora.

• No te apliques el serum con un algodón por muy fluido que te parezca. Se quedaría buena parte en el algodón. Hazlo directamente con los dedos o la mano.

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