Nuestro cuerpo es una máquina perfecta. Dispone de mecanismos fisiológicos reguladores de la temperatura que se ponen en marcha cuando, por diferentes causas (ambiente, actividad física elevada, producción interna de calor, …) la temperatura central del cuerpo deja de ser de 37º.
Por esta razón, ante una bajada importante de la temperatura su misión está clara, proteger sus órganos vitales (corazón, cerebro, pulmones…) y para conseguirlo, pone en marcha su sistema de termorregulación produciendo una vasoconstricción periférica, es decir, se estrechan los vasos sanguíneos de la piel para perder menos calor desde la sangre.
El resultado es un menos aporte de oxígeno y nutrientes a la piel, el órgano más grande de nuestro cuerpo.
Si esta exposición se prolonga, nuestros músculos empiezan a contraerse incontroladamente por el aumento de las reacciones metabólicas que nuestro cuerpo realiza para producir más calor y así combatir su pérdida.
El problema aparece cuando la exposición al frío es duradera y este desarreglo circulatorio persiste. Es cuando aparecen los sabañones o las grietas en dedos de manos y pies.
FRÍO: PIEL MÁS VULNERABLE
En invierno, nuestra piel sufre particularmente. El frío provoca su pérdida de luminosidad porque cuanto más expuesta está a él, menos oxígeno y nutrientes le llegan. La renovación celular se ralentiza, lo que provoca que las células muertas se acumulen en la superficie de la piel y se vuelva más apagada.
Y eso no es todo, cuando las temperaturas bajan, se produce una disminución de la producción de sebo desequilibrando la barrera de la piel responsable de proteger y mantener la hidratación de la piel. Esto repercute directamente en su capacidad de actuar como barrera frente a las agresiones externas, ya que se vuelve más frágil frente a la contaminación y el estrés oxidativo, los agentes patógenos o la resistencia al envejecimiento prematuro.
El frío puede disminuir la producción de sebo hasta la mitad, alterando la capacidad protectora de nuestra barrera hidrolipídica. |
¿QUÉ HACER?
1- Evita los cambios bruscos de temperatura
Los cambios climáticos y la diferencia entre la temperatura exterior y la de tu vivienda tiene repercusiones en tu piel. Y es que el aire ya de por sí seco en invierno, se vuelve aún más dentro de las viviendas debido al uso de las calefacciones.
La solución no es pasar frío, desde luego, pero tampoco andar como en verano dentro de casa. Intentemos que la diferencia entre ambas temperaturas sea lo más moderada posible. Una temperatura de unos 21º o 22º es ideal.
Cuanto más seco esté el aire de tu casa, más lo estará tu piel. Una buena opción para contrarrestarlo y proteger la barrera cutánea es usar un humidificador, especialmente en las habitaciones más frecuentadas.
Además, cuando entramos en un lugar muy cálido después de haber estado en un ambiente muy frío, los capilares se dilatan pudiendo aparecer en la capa más externa, las arañas vasculares (telangiectasias) tan antiestéticas.
Cuando las temperaturas bajan, la humedad del aire también lo hace y el ambiente se vuelve más seco. A la ecuación se suman otros factores como la contaminación provocando una pérdida gradual de hidratación y nutrición que vuelve la piel más seca. |
2- No tomes baños o duchas demasiado calientes
El agua caliente tiende a producir sequedad cutánea ya que favorece la eliminación de los aceites naturales de la piel.
Los dermatólogos recomiendan ducharse o bañarse con agua templada y que no duren más de diez minutos.
También conviene evitar geles de ducha o jabones con tensioactivos demasiado agresivos. Te recomendamos el uso de productos naturales que respeten la barrera protectora de la piel y mantengan su equilibrio hidrolipídico. Después de la ducha, hidratar muy bien la piel del cuerpo y el rostro.
3- Prioriza la hidratación
Hidrata tu piel a diario y varias veces al día.
La piel atópica y la piel sensible son especialmente vulnerables al frío. Se cuartean, pican, aparecen rojeces… por lo que su hidratación debe cuidarse aún más con productos adecuados.
Las pieles grasas tampoco deben descuidar este aspecto ni mucho menos, ya que tienden a deshidratarse igualmente.
Sea cual sea tu tipo de piel, te recomendamos la crema multifunción All in one de OhMyKoko. Sus ingredientes naturales y veganos como el bakuchiol, las células madre de orquídea o las ceramidas de jojoba, aportarán el nivel óptimo de hidratación a tu piel, además de aportar su efecto antiedad, unificar el tono de la piel y su textura.
4- Bebe abundante agua
Debemos tener en cuenta que el frío no es el único responsable de que la piel se vuelva más seca. Se debe a la conjunción de unos cuantos factores: frío, aire más seco, cambios climáticos, viento.
Sea cual sea el tipo de piel, para mantener un nivel óptimo de hidratación, es necesario beber más agua, aunque se tenga menos sed. En cambio, conviene evitar el consumo de alcohol y café que tienen el efecto contrario.
5- Cuida tu alimentación
En la hidratación de nuestra piel también influye nuestra alimentación. En esta época del año, prioriza el consumo de alimentos ricos en grasas buenas (aceite de oliva, fruto secos, aguacates), así como en vitaminas y antioxidantes (brócoli, coliflor, moras, arándanos, cítricos…).
6- Exfolia tu piel
Si quieres que tu piel se mantenga oxigenada, hidratada y en unas condiciones óptimas, debes exfoliarla de forma regular. Al eliminar las células muertas facilitarás la oxigenación y la regeneración celular.
Hay diferentes exfoliantes, químicos, mecánicos, enzimáticos. Elige siempre un producto que sea natural y respetuoso con tu piel.
El gel limpiador facial con AHAs exfoliantes de OhMyKoko es una opción excelente, ya que a la vez que realiza una limpieza profunda, exfolia y elimina las células muertas eficazmente pero con suavidad.
Cuando te habitúes a hacerlo, ya no podrás prescindir de este paso. Notarás la piel lisa, suave y el resto de cosméticos que usen serán mucho más eficaces, puesto que los activos penetrarán mucho mejor.
7- Evita el tabaco y el alcohol
Mejora tu estilo de vida e intenta abandonar o moderar su consumo. Ambos generan radicales libres que provocan un envejecimiento precoz de la piel, además el alcohol puede agravar la dilatación de los capilares sanguíneos faciales.
En OhMyKoko encontrarás los cosméticos naturales y veganos más suaves y eficaces para tu piel. Como marca activista de tu piel, no encontrarás ningún ingrediente que sea mínimamente irrespetuoso con su equilibrio y su salud. Encuentra el producto que mejor se adapta a tu tipo de piel.
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